jueves, 5 de febrero de 2015


LA  ERA CARDENISTA.
Uno de los episodios más recordados en la historia contemporánea del México del siglo pasado, después de la Revolución, es la época Cardenista que marco la pauta que podía dar un matiz definido a una revolución social, considerando a Lázaro Cárdenas como el mejor presidente que hemos tenido por los hechos que marco su gobierno.

Durante la era cardenista, la educación superior en México se vio envuelta a una serie de cambios dialécticos a partir de los nuevos patrones de enseñanza, ya que le apostaban a la adecuación en cuanto al desarrollo económico y social que aun seguían rezagados en la sociedad revolucionaria.
Con ello, se pretendía una educación mediante la cual se formaran ciudadanos técnicos, capaces de satisfacer las necesidades socioeconómicas del país, incorporando así, los avances tecnológicos que beneficiarían el sector industrial del país. En esta educación se correlacionaba la teoría con la práctica, se consideraba un factor determinante para su eficaz funcionamiento posteriormente en el aspecto laboral.
Con la intencionalidad de una educación de tipo técnica y práctica  se  creó el Instituto Politécnico Nacional, durante el gobierno de Cárdenas,  que sin la promulgación de alguna ley oficial, comenzó a funcionar en 1937, dentro de la estructura de la secretaria de Educación Pública. Y a partir de ello, fue conveniente hacer ciertos ajustes a los planes y programas de estudio, en cuanto a la educación técnica, incluyendo ampliamente la investigación.
Dando inicio así a la instalación del Instituto politécnico siendo inaugurado el 2 de enero de 1937.
El programa de Cárdenas estaba basado en los siguientes puntos:
Se multiplicó el número de escuelas rurales.
El estado tuvo el poder sobre la enseñanza primaria y secundaria
Carácter de escuela no religiosa y socialista.
Atención preferente a la educación agrícola.
Sobre las enseñanzas de tipo universitario, destinadas a preparar profesionistas liberales.
En tanto que Lombardo hacía  sentir sus mensajes sobre la clase obrera anteponiendo la educación a cualquier otra herramienta de producción. Educar significa, decía, formar hombres de acuerdo con las necesidades de la sociedad humana que no está formada por una sola clase de seres, sino dividida en dos grandes clases: “una que posee la tierra, las herramientas, las máquinas, todos los  instrumentos que multiplican la escasa fuerza física del hombre, y la otra clase social, la que no posee los instrumentos que hacen posible la riqueza, la que sólo tiene para vivir una compensación pequeña que le permite conservar su existencia. Lombardo organizo la Federación Nacional de Maestros y luchó incansablemente por la institucionalización de la enseñanza socialista.  
En mi opinión, yo relaciono mucho los cambios constantes en educación, con lo que ocurre actualmente en el mismo ámbito. Las reformas educativas en nuestro país se dan siempre sin que haya una evaluación previa de sus avances, logros y fallas. Tal es el caso de lo ocurrido a la educación socialista, que como todo cambio educativo, obedece más a intereses políticos que a necesidades educativas de nuestra nación.
Bibliografía


Robles, Martha. Educación y sociedad en la historia de México. México, siglo XXI, 2009, 154-173 pp.